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Shopping en Montevideo

Otros Shopping en Uruguay

Centros comerciales

Mercados on line

El primer centro comercial en Uruguay, apareció en los Estados Unidos en 1923, a 6 km del centro de Kansas City. Este templo del consumo se convirtió entonces, con sus amplios aparcamientos al aire libre y su arquitectura desarmada, en el emblema de los suburbios occidentales.

Tiendas al aire libre

Los centros comerciales eran una forma de hacer compras, además de en las principales calles de las ciudades. Muchos de ellos fueron construidos en el campo, en la encrucijada de las carreteras, antes de que el tejido urbano de los suburbios se uniera a ellos. Ante el éxito de este tipo de negocios, los empresarios comenzaron a crear centros comerciales en el centro de la ciudad.

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Del Shopping Center al megacentro de comercio

En algunas ciudades, los centros comerciales se han convertido en centros de entretenimiento. Por ejemplo, el West Edmonton Mall, considerado durante mucho tiempo el más grande del mundo, ofrece a los huéspedes varios cines, una piscina, una pista de hielo y un parque de atracciones. Este gigantesco centro comercial es el lugar más visitado de Alberta.

En la actualidad

Los centros comerciales, símbolos del consumo masivo de los Gloriosos Treinta, se siguen reinventando. Las marcas están ahora en el centro de los verdaderos mitos posmodernos. Hoy en día, el consumidor informado y exigente exige proximidad y autenticidad.

A cada transformación económica ha ido acompañada de una transformación simétrica de los modelos de distribución, no hay razón para que el auge de lo digital no cambie en la misma medida nuestros hábitos de consumo.

Mientras que hasta el siglo XVII, el consumo se basaba esencialmente en la producción local y artesanal, el auge del comercio condujo al desarrollo de los primeros grandes comercios colectivos a través de mostradores, mercados cubiertos, ferias y otros bazares.

El modelo de centro comercial y sus enormes estacionamientos, que aparecieron en Estados Unidos en 1915 antes de extenderse a la Europa de la posguerra, respondieron a la sed material de una sociedad industrializada convertida al consumo masivo. Cautivada, la famosa ama de casa se deja llevar por el  autoservicio y recorre el meticuloso recorrido de las galerías diseñadas para ella.

Tecnología y ventas

Bajo el efecto de la tecnología digital, la primera revolución fue la desmaterialización del acto de compra. El comercio electrónico, más simple, más rápido, más personalizado, ya representa cerca del 9% del comercio minorista en Francia. En Estados Unidos, las ventas de Amazon están creciendo siete veces más rápido que el líder histórico Walmart y recientemente lo ha suplantado en términos de capitalización.

El desarrollo de las plataformas en línea está transformando la relación del consumidor con el producto, favoreciendo ahora una economía de acceso más que una lógica de propiedad. La segunda transformación afecta a las expectativas de las nuevas generaciones.

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Mejor informado y más preocupado por el impacto que puede tener, el comprador se descubre a sí mismo como un «actor consumidor» y exige más autenticidad. Cortocircuitos, protección del medio ambiente, economía colaborativa, consumo justo y responsable, estas nuevas preocupaciones están atrayendo tanto a los consumidores como a las empresas tentadas a volver a comprar su imagen.

Más exigente, la nueva generación ya no está satisfecha con el simple consumo material, sino que busca sentido, emoción y experiencia. En una sociedad en la que el individuo busca cada vez más diferenciarse, el acto de consumo es un marcador social y cultural y se convierte en el centro de la estructuración de su identidad.

Seth Godin, experto de Yahoo y antiguo director de marketing, utiliza regularmente el ejemplo de Apple para ilustrar la importancia de la experiencia en el acto de consumo: «Un iPhone cuesta el doble que un Android, no porque sea un teléfono mejor, sino porque simplemente comprarlo, hablar de él y usarlo es una experiencia que tranquiliza y satisface a la gente.

Marcas, nuevos mitos

Los grandes grupos no se equivocaron al respecto y muy pronto desarrollaron a través de las marcas una fuerte dimensión intangible y emocional de sus productos. Apple, Nike, L’Oréal, Google, Coca-Cola están ahora omnipresentes en nuestro universo cultural y se han convertido en verdaderos mitos. Tienen todos los atributos: el héroe fundador cuya muerte se llora en todo el mundo, objetos de reliquia que aprendemos a adorar, una comunidad que buscamos integrar a toda costa.

El futuro y las marcas

Desde la década de 1980 hasta la de 1990, las marcas desarrollaron una dimensión emocional y aspiracional, a través de la narración de historias y el contenido de la marca, para satisfacer la búsqueda de sentido y experiencia de los consumidores. «Contar historias es la forma de contar la historia de una empresa. Sabemos que una palabra contada es siempre más fuerte que una palabra mostrada», dice Georges Lewi, mitólogo especializado en marcas.